21 junio 2015

Gran chico, Un / Niño Grande, Un / About a boy, de Chris y Paul Weitz. Por David Guzmán

Por David Guzmán.

Artículo publicado originalmente en 2007.


Hace algunos meses me sorprendió la declaración del actor Hugh Grant, que giraba en torno a su retiro definitivo de la actuación. Grant de 47 años, sostenía que actuar ante una cámara cinematográfica es una tortura que lleva soportando desde hace muchos años; sin embargo a pesar de estas declaraciones, el actor sigue trabajando y da gusto verlo en este tipo de comedias sencillas y agradables en las que sabe desenvolverse estupendamente.

Un gran chico es el nuevo trabajo de los hermanos Paul y Chris Weitz y en principio les confieso que el antecedente que traían de ser los realizadores de American Pie, no me motivaba mayormente para desear ver la película; pero la cinta es encantadora y con destellos de una inteligencia y candor que en lo personal, no había visto en los trabajos anteriores de este par de realizadores que incluyen títulos tan disparejos como la antes mencionada ó Cambio de Cuerpo (Down to Earth), esta última con el comediante Chris Rock (una cinta que no debería verse ni en los autobuses ADO GL, así de mala es).



Con un gran reparto que incluye a la actriz Toni Collete (que actuó en otra delicia llamada Little Miss Sunshine), Rachel Weisz y el pequeño Nicholas Hoult, Un gran Chico está basada en la novela británica de Nick Hornby (el mismo que escribiera Alta Fidelidad y que en cine protagonizara John Cusack) y narra las peripecias que ocurren en la vida de Will -interpretado por Hugh Grant-, un inmaduro solterón de 38 años y mujeriego empedernido que es capaz de inventarse un hijo con tal de acceder a un círculo de madres solteras para relacionarse con alguna de ellas sin que exista el problema de contraer compromisos indeseados que le compliquen su soltería.


Will descubre que por las características de estas mujeres, solitarias y con gran necesidad de cariño, son ideales para hacerse de compañía sin que existan ataduras sentimentales y largos periodos de conquista como en las relaciones ordinarias y esta situación le facilita abordarlas, por lo que en cuanto surge la oportunidad, se presenta a una reunión de padres solteros y conoce a Suzie (Victoria Smurfit) a quien empieza a tratar y quien finalmente provocará que conozca a un niño muy especial: Marcus, hijo de Fiona (Toni Collete), un remedo de hippie vegetariana y una de las mejores amigas de Suzie.

Marcus, niño retraído y solitario es objeto continuo de burlas en la escuela por el lazo afectivo tan fuerte desarrollado con su madre; tiene además que cargar con el peso del miedo constante por las depresiones severas de Fiona, que han propiciado que esta última intente suicidarse en más de una ocasión. El chico está en búsqueda de la figura paterna, de ese tercer miembro para que la familia funcione como tal.


El pequeño actor Nicholas Hoult, personifica a Marcus y fue seleccionado de un casting de más de 100 niños. Marcus viste suéter multicolor a rayas horizontales, zapatos pasados de moda, le gustan las canciones antiguas, posee una extraña y fascinante madurez que muy raramente se da en los niños de su edad y cuya convivencia con Will provoca -sin querer-, que el solterón comience a experimentar lentamente un proceso de maduración que le dará un nuevo sentido a su vida.


Una presencia a destacar, aunque breve, es la de Rachel Weisz (The Fountain dirigida por su esposo Darren Aronosfky), encantadora y mágica. Hay actrices que con su personalidad tan femenina dotan de momentos especiales a las películas; Will por fin se da cuenta al conocerla, que el estilo de vida que lleva es intrascendente, vacío y trata de conquistarla, aunque ello suponga el despojarse de caretas y actitudes superficiales que no encajan con la personalidad de Rachel.

Es fácil suponer que esta comedia inglesa nos gane al estar protagonizada por un niño ya que ocurre con mucha frecuencia que los pequeños se roban la pantalla aunque exista detrás el nombre de una estrella consagrada, pero eso no ocurre aquí. Grant está espléndido, mostrando un carisma excepcional y logra que creamos totalmente su papel del tipo desenfadado y sin trabajo (sobrevive gracias a las regalías heredadas por su padre de una canción navideña) y que entre otras cosas, gusta de comprar discos compactos, ver diariamente un programa de concursos por televisión, vestir siempre impecable y cuidar religiosamente el aspecto de su cabello.


Siento especial conexión con películas que cuentan la historia en primera persona (con voz en off), algo se mueve internamente pues propician un ambiente de calidez y una identificación del personaje principal con el espectador que provoca momentos de cercanía e intimidad y uno no puede dejar de compenetrarse con la historia. Los pensamientos de Will nos son confiados con una fuerte carga de chispa y sinceridad que irremediablemente nos afecta y es entonces cuando sobrevienen los momentos de deliciosa comedia.

Y lo que no puede faltar en una comedia que se precie como tal, son las canciones de grupos tan populares como U2 con Zoo Station o Mystikal con Shake Ya Ass, así como una apropiada y a ratos emotiva banda sonora realizada por Damon Gough, que en el disco firma como Badly Drawn Boy.

Un gran Chico apuesta por plantearnos el sentido de responsabilidad que debiera imperar en la familia y el rol que cada integrante juega. Apuesta también por la intención de profundizar (en una forma entretenida y nada académica) en el concepto de familia extendida, sí…aquella que se integra por los amigos con la importancia fundamental que pueden llegar a representar en el núcleo familiar, sobre todo en aquellas disfuncionales como la de Marcus, el pequeño protagonista. Bien por los directores, que supieron transmitirlo espléndidamente en pantalla.