15 noviembre 2015

Infiel / Trolosa / Faithless, de Liv Ullmann y guión de Ingmar Bergman

Francisco Peña.


Para las nuevas generaciones de cinéfilos mexicanos, el ver en cine una película de Ingmar Bergman es una aventura con pocas posibilidades de triunfo. Su manera de hacer cine, su estilo, se ha ido perdiendo en la memoria de los espectadores experimentados o esas nuevas generaciones no la conocen, ya que su penúltimo film data de 1982 (Fanny y Alexander).

Retirado de la dirección, el cineasta entregó varios guiones a distintos realizadores que están cercanos a su estilo fílmico. El último de ellos es Infiel / Trolosa / Faithless, dirigido por Liv Ullmann.



Infiel, para decirlo pronto, es una extraordinaria cinta de Liv Ullmann y le pertenece totalmente como directora por méritos propios. Pero una vida privada y profesional al lado del director sueco le ha permitido a Ullmann retomar en gran medida “el estilo Bergman” para crear su propia cinta.

En ese sentido, ver Infiel es rememorar el estilo del cineasta sueco y recordarlo aunque no es exactamente “volverlo a ver”. Esto ocurre debido a que Ullmann fue colaboradora directa en el surgimiento de muchas de las obras maestras de Bergman: Persona, Escenas de un matrimonio, El huevo de la serpiente, Cara a cara, Gritos y susurros, Sonata de Otoño… La lista es impresionante.

La aportación de Ullmann al universo bergmaniano tiene un peso específico como una de sus grandes actrices y, podríamos decir también, uno de sus extraordinarios personajes en pantalla. Ahora se le puede sumar como la mejor de quienes han tomado sus guiones y los ha llevado a pantalla.

Añadiría que la puesta en escena, dirección de actores y el manejo de cámara que Ullmann usa en Infiel proviene de la decantación de sus experiencias con Bergman; pero en el perfil de actores y en esa misma puesta en escena hay elementos únicos que le pertenecen a ella y no al cineasta sueco.


Infiel, en su anécdota, es una cinta bergmaniana. El guión está estructurado y escrito de acuerdo a las características del cine de Bergman: monólogos largos de alta intensidad dramática, elementos autobiográficos, conflictos emocionales profundos entre los personajes, relaciones humanas contradictorias y que tienden generalmente al fracaso, etc.

La cinta, también, es una reflexión sobre como se crea y escribe un guión con las características señaladas en el párrafo anterior. El guionista de la cinta (Erland Josephson) es semejante al Bergman real y tiene elementos autobiográficos y el personaje de Markus (Thomas Hanzon) es el mismo guionista – personaje de la película.

Por eso, quienes buscan saber dentro del universo de la película Infiel, si Marianne Vogler (Lena Endre) es un personaje real o inventado, podría decir que tiene las dos características.

Por una parte, el guionista en el film va dando rostro a un personaje –Marianne Vogler-, al cual le da fisonomía. Luego, lo interroga, lo escucha, traba relación con su creación. En este enfoque es un personaje inventado o ficticio, que se va plasmando en el guión que escribe.

Pero, al saber que el guionista es el mismo Markus en realidad, las vivencias de Marianne Vogler y ella misma como personaje se convierten en alguien real dentro del universo de la cinta. Lo que ocurre en el triángulo amoroso Marianne Vogler – Markus – David ocurre realmente dentro del film.


Las situaciones por las que atraviesa Marianne, sus monólogos, reacciones, conversaciones y pensamientos sucedieron realmente y son evocados a través de la memoria del guionista viejo.

En ese sentido, Ingmar Bergman descubre los mecanismos de escritura de sus guiones y muestra al espectador, en forma desnuda, como se integran en una obra de ficción los elementos autobiográficos que sucedieron en la realidad.

Esto es lo que permite que en el guión de Infiel y en la película se sienta a Marianne como personaje real, a la vez que se sabe que es una creación del recuerdo del viejo guionista. Así Ingmar Bergman también muestra como un personaje, en una obra artística, toma una dimensión tan autónoma que “gobierna” la misma creación.

De la descripción básica de personajes, a escenas y diálogos hasta llegar a la complejidad del film; del complejo tejido de la interrelación entre el mundo real y ficticio que es el cimiento de una buena película.

Este es uno de los puntos más interesantes de Infiel, sobre el cual conviene que los cinéfilos reflexionen.


En cuanto a la cinta en sí misma, Ullmann toma en general el guión de Bergman y se adentra en el mundo del cineasta sueco pero, al igual que como lo hizo en sus papeles de actriz, aporta más a la creación de lo que aparece a simple vista.

Casos donde “el estilo Bergman” se asoma es durante los monólogos de la cinta. Específicamente en los más intensos, Ullmann pone su cámara frente a su actriz, y deja que Lena Endre descargue toda la emocionalidad de su personaje Marianne.

Ullmann retoma ese mecanismo de puesta en escena, cámara y dirección de actores porque quiere volver a emplear un logro de Bergman en el cine. Ese logro consiste en que el público vuelva a “saber oir” al personaje, cosa que se ha perdido en el cine comercial. En ese sentido, la dupla Ullmann – Bergman pide al espectador que vuelva a “oir al otro”, a escucharlo realmente e interrelacionarse con los peronajes.

De esta forma, el espectador se involucra en la situación del personaje, en su psicología, en sus problemas. El monólogo a cámara funciona gracias a la intensidad de la actuación y a la fuerza de los diálogos.


Bajo esta perspectiva, hay que mencionar que Lena Endre se incorpora por derecho propio a la galería de actrices del universo fílmico de Bergman, en donde ya se encuentran la misma Liv Ullmann acompañada de Bibi Andersson, Ingrid Thulin, Harriet Andersson, aunque ella -Ullmann- es de una generación posterior.

Pero, como se ha dicho, Liv Ullmann no es una extensión del Bergman director. En la película hay puntos en los que crea a sus personajes y a la película de otra manera.

Uno de ellos es la mayor presencia que tiene la hija Isabelle (Michele Gylemo) en la película y en el guión a solicitud de Liv Ullmann. También se nota en el personaje de Marianne y en la actuación de Endre. Marianne – Endre es humanamente más cálida, sexualmente activa y llena de matices femeninos aportados por la mirada de la directora.

Con este enfoque, la relación madre – hija es mucho más rica en su descripción en Infiel, con detalles de conducta remarcados por la directora y que dan una mayor riqueza a ambos personajes.


También Ullmann hace otra serie de observaciones. Cuando la infidelidad de Marianne es descubierta por David, la escena presenta reacciones de Markus y Marianne en donde se rien, tanto de los nervios como del absurdo de la situación. Bergman hubiera sido totalmente dramático, mientras que Ullmann tiene una mirada más humana que permite la aparición de la risa en la paradoja, en la crisis.

Esta mirada más humana –y sus correspondientes medios fílmicos- se plantea también en tres escenas clave:

La estancia en París donde comienza el romance Marianne – Markus muestra a una Marianne que va entre el desenvolvimiento y la reflexión, entre el semidesnudo natural y el rechazo del amante cuando este se violenta.

También aparece en el encuentro entre Marianne y la amante de su esposo, donde las dos mujeres comparten la visión que tiene de David.

El estilo propio de la directora está también en el monólogo final de Marianne frente a Markus donde es interrogada ferozmente sobre su encuentro con David.

Este es el momento culminante en donde hay una simbiosis creativa Ullmann – Bergman donde aparece lo mejor de ambos cineastas. Por boca de Marianne – Lena Endre se expresan los momentos más profundos del film, y se llega al momento de mayor dramatismo.

En todas estas situaciones se ve la mano firme de Liv Ullmann como directora, que aunque retoma el universo del cineasta sueco por medio de innegables vasos comunicantes privados y profesionales, muestra su propia visión y la entrega a su público.

Infiel es la oportunidad que tiene el cinéfilo joven de ver una forma de hacer cine que es ya parte de la historia del cine mundial, pero que ha estado ausente de las pantallas por muchos años. Ullmann no sólo la retoma y la hace suya sino que aporta elementos propios que convierten a esta película en un film propio y personal.

Un film que recuerda que el cine puede ser profundo, que puede escarbar en el alma humana y mostrarla en toda su complejidad y contradicción.



Infiel / Trolosa. Producción: SVT Drama, Johan Mardell. Dirección: Liv Ullmann. Guión: Ingmar Bergman. Año: 2000. Fotografia en color: Jörgen Persson. Edición: Sylvia Ingermarsson. Intérpretes: Lena Endre (Marianne Vogler), Erland Josephson (Bergman), Krister Henriksson (David), Thoman Hanzon (Markus), Michele Gylemo (Isabelle). Duración: 142 minutos. Distribución: Quality Films / Arthaus.