03 abril 2016

Piratas VS Mercaderes

Francisco Peña.

¡Como una oferta, una propaganda, le venimos ofreciendo su película El renacido, del directorazo González Iñarritu, llévela, llevéla por módicos veinte charros! Hace años que el Detritus Federal está inundado por copias balazo o piratas del más reciente éxito del cine.


Es más, es tan duro el asalto de los piratas que en ocasiones se adelanta el estreno del film porque en taquilla sólo iba a juntar los 300 pesos de algunos despistados que no compraron a tiempo esta oferta, esta propaganda.

Estos son golazos donde el Corsario Negro se lanza a la carga contra los comerciantes legítimos, que parecen dirigidos por Nacho Ambriz, mientras que los piratas parecen organizados por el mismísimo Guardiola.

La clave de todo el asunto, cosa que parecen olvidar los mercaderes, es el costo del producto y la atención directa al cliente.


El pulpo pirata, de los mil y un brazos lo sabe perfecto. Para empezar, estos DVDs y Blue Rays están por todas partes. Desde la cabeza visible de Tepito salen cientos de tentáculos que se extienden por la columna vertebral que es el Metro, con dos o tres sorprendentes nodos picudos como el pasaje en Av, Universidad y Zapata, Pericoapa, calles de Xochimilco y el Eje Central.

Los piratas son buenos estrategas. Saben que la gente quiere ahorrar el varo porque está escaso, pero además saben de modas, de gustos, de necesidades. Conocen a su clientela, sus preferencias, y tienen de todo. ¿Qué le gusta el porno, mi chavo? Orale, bien fácil. Si no quiere ir a la mera mata de Tepito porque está peligroso, la especialidad se cocina igual de gruexxxo en la glorieta del Metro Insurgentes. ¿Qué que le gusta, mi buen: chavos, chavas, japonesitas, todos contra todos, tortilla de mexicanas o güeras gringas, sandwich de 2 contra 1? Orále, levántele sin compromiso, que mirar no duele...


Los piratas especializados saben de su ramo. ¿Qué viene por una de Penny Flame? No mi buen, esa chava ya se salió del bisne hace años... ¿Qué le gusta la Dakota Skye o Verónica Rodríguez? Como no mi jefe, acá tengo como tres de la güera o de la morenaza nomás que esa güera nomás le pone con puras chavas. ¿Qué ese es su mero mole? Pues Acámbaro las tunas tengo una que está de pelos. Pero mejor le recomiendo una de Piper Perry, mi jefe, una güerita gabacha que se echa a tres morras al mismo tiempo... ¡Orále!


En cambio, si de películas y videojuegos se trata, en Av, Universidad y Zapata, sobre la calle universitaria, hasta recomiendan que ver. ¿Qué quiere una del patrón Jesús por Semana Santa? Cómo no...

El cuate que atiende saca un bonche de DVDs, que conoce igual o mejor que Miguel Cane en lo que se refiere a actores, directores y argumentos: La Pasíon de Cristo (chida, mi don), La Última Tentación de Cristo (esa señor, es del director italiano Scorsese y estuvo prohibida en México un buen de años), Ben Hur (está es del actor Charlton Heston), el Jesús de Zeffirelli (es la que más me gusta, jefe, pero son como tres discos). De pilón, mi señor, tenemos La Biblia, Los Diez Mandamientos, el Moisés en caricaturas pa´los chavitos... Nomás digame cual por 20 varos.

Allí mismo, los amantes de los videojuegos hablan su propio idioma. ¿Qué aparato tienes: PlayStation, XBox o Nintendo? No, pos tengo el último de Resident Evil y de Spiderman. Ah, ¿se te rayó tu Medal of Honor, mi chavo? ¿Cuál quieres, el que saca a la morra francesa Manón, o la del GI gringo? Esta versión nueva si te corre en PlayStation, y de pilón te ofrezco los últimos de Bey Blade (ya no se vende tanto). ¿Puro futbol? Pues tengo cuatro versiones diferentes del Soccer Fifa para PlayStation.


Pero hampones de parche en ojo hay en todos lados, eso sí. En la pirruris Pericoapa te ofrecen el oro y el moro, pero al final te dan un par de CDs que, al cargarlos en la PC resulta que están en blanco, y reclámale al vendedor en medio de 50 puestos de fayuca para que te echen montón y te saquen a empujones... No, pos mejor pierdo mis cincuenta varos.

En donde está de la patada es en el Metro Tacubaya. Poco surtido y mala calidad de imagen. Un Regreso del Rey que parece peregrinación etílica a Chalma: borroso, con mal sonido y a pantalla completa. No se ve ni se entiende ni madres, pero ya te robaron 30 pesos.


Pero la mata de videojuegos y software son las banquetas del Eje Central o Niño Perdido. Lo que se te ocurra está a la mano. Todas las versiones del Age: la 1 de romanitos, que ya no se consigue con los mercaderes, la 2 de Edad Media y su Extensión, el Age Mithology. Y hasta te sacan otros que ni quien los conozca, pero bien apantalladores.

En todos lados la tranza avanza, y puedes ser goleado a cada momento con discos en blanco, que traen a El Buki en lugar de Madredeus, películas que les faltan escenas o traen cortado el final, etc. La piratería es, sin duda, un riesgo innecesario.

Los mercaderes pierden por no destacar públicamente su innegable ventaja sobre los piratas: la calidad. Todo funciona, todo se ve bien, está garantizado, las películas vienen en Widescreen respetando la imagen original de cine, traen las versiones completas, te la cambian en caso de fallar y, de verdad, tienen el mejor surtido: te consiguen todo lo que quieras.


El gran error está en el trato al cliente. Algunas tiendas están ordenadas con las patas, todos los DVDs revueltos; ni ganas dan de comprar allí. Su sección de arte tiene puras europeas y la encargada no sabe quién es Fellini, Bergman o Bertolucci. Para ella, antes de Tarantino no existe nadie.


El colmo es cuando llegas a las tiendas especializadas y el encargado está especializado sólo en El Kommander, los Tacubos y Molotov (que a mí me vienen valiendo wilson) no sabe cuál es el último de Suzanne Vega o Leonard Cohen, ignoran quien es Janis Joplin (¿la que canta como Julieta Venegas?), creen que Fleetwood Mac es un modelo de la Mercedes Benz y piensan que Elvis es un güey que imita a Alex Lora.


El refugio es el New Age y la Clásica: el chavo si sabe que hay versiones del mismo concierto tocadas por los violinistas Ithzak Perlman, Yehudi Menuhin y saben quién es Henryk Szering. ¡Aleluya, aleluya!

¿No podrían, señores administradores de las tiendotas, poner gente que sepa al menos de todo un poco y respete los gustos de los clientes? Porque nomás pide una chava el último de Luis Miguel y, en lugar de llevarla a donde está colocado, hacen muecas de asco y le recomiendan al rapero P. Diddy. ¿Qué onda mis gerentes, de cuál fuman sus empleados?


Mientras los mercaderes no entiendan que la clave para vencer a los piratas es la atención al cliente, un surtido amplio y subrayar la calidad de reproducción de sus productos, la tendrán perdida. Cada uno de sus magníficos galeones será saqueado por el Corsario Negro y sus dos hermanos, el Verde y el Rojo. ¡Luego no digan que Emilio Salgari no se los advirtió!