03 julio 2016

Piedras, de Ramón Salazar

Francisco Peña.



La película española de Ramón Salazar es una cinta decorosa con momentos interesantes, que recoge la vida entrelazada de cinco mujeres en un melodrama de buena factura.

Según cuenta su director, las historias que se narran parten del deseo de trabajar con varias de las mejores actrices del cine español. Así, con un reparto de primera, construyó sus personajes alrededor de la imagen y capacidades de estas actrices.



No es de extrañar que desde los créditos las defina:

- Anita, la mujer de los tennis amarillos (Mónica Cervera).

- Isabel, la mujer de los zapatos pequeños (Angela Molina)

- Adela, la mujer de los pies planos (Antonia San Juan)

- Leire, la mujer de los zapatos robados (Najwa Nimri)

- Maricarmen, la mujer de las babuchas (Vicky Peña)

A partir de estas mujeres y de los personajes masculinos secundarios que las rodean, Salazar se embarca en la tarea de narrar momentos de sus vidas, para entrecruzarlas hacia el final de la cinta.

Su visión quiere acercarse a sus personajes femeninos en forma melodramática, a semejanza de los grandes directores dedicados a poner a la mujer en pantalla como prioridad, entre los que se pueden mencionar a Ingmar Bergman y a Pedro Almodóvar.

Surge así una galería de retratos de mujeres un poco disparejo aunque la película completa se puede ver a gusto.

Los retratos parecen estar graduados por las edades de los personajes (y las actrices que los representan) y por la presencia - ausencia de los hombres. El resultado son situaciones existenciales muy distintas y formas diferentes de abordar la vida.

El que sean un poco disparejos se debe al tiempo en pantalla que les dedica Salazar, lo que repercute en la profundidad con que muestra la psicología y vida de sus personajes. Así, los personajes menos precisos aparecen un poco menos; los personajes más atractivos son los que muestran su ser más tiempo y en mayor número de situaciones.

Así Isabel, a pesar de estar encarnada por Angela Molina, resulta que es la menos analizada. Se dedica a comprar zapatos y a atormentarse los pies al usarlos en una talla menor. Esto es símbolo y manifestación de su soledad, de una relación matrimonial inexistente y su disgusto ante la vida. Esto no quiere decir que el personaje no sea interesante sino que frente a las demás mujeres su retrato es el más pálido.


En cambio Maricarmen (Vicky Peña) es una taxista viuda que "hereda" a los tres hijos del matrimonio anterior de su esposo. El interés que despierta en el espectador se debe a que no se deja vencer por las circunstancias, es luchona, muy solidaria con la gente que la rodea. Todo a pesar de las dificultades existenciales y económicas que afronta. En ese sentido, Salazar logra que el espectador simpatice con esta mujer muy humana, que no deja que las dificultades corroan su amor por la vida.

Anita (Mónica Cervera) es una persona con discapacidad mental que despierta al sexo, al romance y se encamina a la etapa adulta de su vida. La ventaja de este personaje está en su búsqueda de autonomía y personalidad a pesar de su "incapacidad". Esto sale del retrato común del retrasado como receptáculo de las acciones de otros personajes "normales" a su alrededor; dónde importa lo que le sucede y no lo que hace.


Luego vienen los dos retratos más complejos y logrados de la película de Ramón Salazar.

Adela (Antonia San Juan) es la encargada de un burdel a las afueras de Madrid. Ya madura, sostiene una relación amorosa con un hombre maduro desencantado de su matrimonio. Al calor de la relación Adela se humaniza, pero es lo suficientemente honesta consigo misma para entender al final que es el recipiente de atenciones que debieron dirigirse, en el fondo, a la esposa de su platónico amante.

Leire (Najwa Nimri) es la mujer joven que pasa por la ruptura de su relación amorosa, que es incapaz de aceptar el hecho y persigue a su amante. Es quien refleja más la soledad y se refugia en las drogas. Pero hay que recordar que la cinta es un melodrama. Gracias a la solidaridad de otros personajes, Leire inicia una nueva vida en Lisboa, Portugal. Salazar logra con Leire uno de sus mejores personajes femeninos, probablemente porque se acomodó más con Najwa Nimri, una de las estrellas indiscutibles del cine español y cuyo trabajo en la cinta es excelente.



Para hacer más compleja la cinta, Ramón Salazar establece en su guión más relaciones entre estas mujeres. Adela es la madre de Anita, Leire es hijastra de Maricarmen y atiende en la zapateria a Isabel. Isabel está casada con el argentino Leonardo, que se convierte en el amante platónico de Adela. Maricarmen ayuda a Adela y Anita. Isabel tiene una relación fetichista con su podólogo, etc.

¿Suena a telenovela? Si y no. Si porque la cinta de Salazar es un melodrama, base de todas las telenovelas, que normalmente no alcanzan los mejores niveles del género. Y precisamente por eso, Piedras no es una telenovela. En algunas secuencias logra muy buenos momentos dentro del género que la distinguen del producto común televisivo.

Hacia lo que es el cine este film es bueno a secas, se deja ver y deja buen sabor de boca. Pero a diferencia de los muy reconocibles mundos fílmicos de Bergman y Almodóvar no tiene un sello personal muy perceptible. Es pues una película en función de sus actrices.

Es un buen melodrama que, por desgracia, se extiende un poco en tiempo y cansa algo. Es también algo disparejo en la profundidad de los retratos de sus mujeres, en la intensidad melodramática de cada una de ellas. También no puede evitar situaciones narrativas comunes o adivinables.

Pero el film está hecho con solvencia, cariño y honestidad. Estos tres ingredientes son básicos para que un director se adentre en el mundo femenino y, con su propia mirada, entregue en pantalla nuevos rasgos interesantes de las mujeres. En ese sentido, Salazar está en el camino de Almodóvar y Bergman, aunque en la primera parte del recorrido.

No puede ser empática (ponerse literalmente en "los zapatos de ellas") pero si logra ser simpática; es decir, hay un acercamiento en sensibilidad que le permite observar a sus personajes adecuadamente, mostrar rasgos de su personalidad, sostener con verosimilitud situaciones narrativas.

En síntesis, Piedras es una película interesante de un director que, al madurar fílmicamente, da de que hablar.

PIEDRAS. Dirección: Ramón Salazar. Año: 2001. Guión: Ramón Salazar. Fotografía en color: David Carretero. Música: Pascal Gaigné. Edición: Teresa Font. Intérpetes: Angela Molina (Isabel), Najwa Nimri (Leire), Anronia San Juan (Adela), Vicky Peña (Maricarmen), Mónica Cervera (Anita), Enrique alcides (Joaquín), Nacho Duato (Podólogo), Daniele Lotti (Kun). Producción: Alquimia Cinema. Duración: 130 minutos. Distribución: Cine, Video y Televisión.